Gabriel Vanegas, Colombia, 1982

Gabriel Vanegas

Gabriel Vanegas es un artista y diseñador colombiano formado en Bogotá, Colonia y Berlín, cuyo actual proyecto de vida lo define también como agricultor, accionando desde el laboratorio rural minkalab. El desarrollo de su trabajo artístico lo lleva a la exploración en los medios de comunicación y la sospecha sobre sus alcances, agendas y propósitos desde el sistema hegemónico imperante por el mundo occidental. Ya en 2006 junto con el colectivo “El Niuton” instala el manifiesto sobre la hibridación del arte, que propone traspasar fronteras entre medios y soportes convencionales en las formas artísticas contemporáneas.

La obra convocada en esta muestra se refiere explícitamente a los ceques, una palabra quechua que significa literalmente “línea”, pero cuya complejidad los coloca en el medio de la construcción de diagramas que convergen en la centralidad del Cusco, dando cuenta de una geometría emplazada en el territorio a partir de su valor simbólico, astronómico, social y religioso, como senderos de peregrinación. Los ceques servían para organizar las huacas o santuarios alrededor, constituyendo un complejo sistema espacial que parten del templo de Koricancha hacia todas las partes del imperio incaico. Por lo que las rutas del Gran Camino de Los Andes se debían a la configuración dada por estas líneas.

El interés de Vanegas por los diagramas, desde una fenomenología asociativa no especista, lo ha llevado a experimentar con el uso de hormigas vivas en sus proyectos. En la metáfora formal cada hormiga es un chaski, palabra quechua que denomina a cada una de las personas que recorrían el Camino Real Andino con la misión de llevar información a los distintos márgenes del Imperio Inca, por lo que cada uno de los individuos era el eslabón de un eficiente sistema de comunicación. En la metáfora formal sus recorridos asemejan asociaciones fractales organizadas, tal como se podrían reconocer en los khipu.

De este modo lo ancestral no es solo lo que retorna desde el pasado como algo ya dado, sino que se activa en el presente a través del reconocimiento de sus valores, presentes en las formas culturales andinas y de su ambiente natural en cada una de las especies que se encuentran en él. Lo que en su trabajo artístico da cuenta de una particular confrontación de lo real con lo virtual, en un espacio poético en que esplende el presente.