Patrimonio alimentario

La agricultura andina es uno de los mejores ejemplos de conocimiento y adaptación a su territorio, como han hecho los agricultores desde hace más de 5.000 años. Los conocimientos agrícolas indígenas se encuentran en el cultivo en terrazas, los campos de altura, los sistemas de riego locales, las herramientas agrícolas tradicionales, los cultivos y el ganado a diferentes alturas.

Milenios de experiencia y selección de variedades han llevado al cultivo de muchas especies endémicas, como la patata y la quinoa. Gracias a estos conocimientos, se crearon tres sistemas de cultivo principales en función de la altitud: la zona del maíz (2.800-3.300 m), la zona de la patata (3.300-3.800 m) y la zona ganadera, con cultivos de altura como la quinoa y la cañihua (3.800-4.500 m).

Los cultivos autóctonos seleccionados corresponden a cada altitud. Por último, es importante destacar que las comunidades indígenas tienen una fuerte organización social, con sus propias normas culturales y rituales, como el homenaje a la Pachamama (Madre Tierra), que conlleva prácticas sostenibles, pero también solidarias. Reforzar la identidad es probablemente uno de los principales objetivos que se pretende alcanzar con la agricultura.

En estas zonas se mantienen la mayoría de las antiguas técnicas agrícolas tradicionales. Sin embargo, algunos problemas actuales, como la creciente presión de los jóvenes que abandonan estos lugares para ir a la selva o a las ciudades, provocan una importante pérdida de conocimientos y biodiversidad.

Fuente: www.fao.org
Traducción IILA

La agricultura andina es uno de los mejores ejemplos de conocimiento y adaptación a su territorio, como han hecho los agricultores desde hace más de 5.000 años. Los conocimientos agrícolas indígenas se encuentran en el cultivo en terrazas, los campos de altura, los sistemas de riego locales, las herramientas agrícolas tradicionales, los cultivos y el ganado a diferentes alturas.

Milenios de experiencia y selección de variedades han llevado al cultivo de muchas especies endémicas, como la patata y la quinoa. Gracias a estos conocimientos, se crearon tres sistemas de cultivo principales en función de la altitud: la zona del maíz (2.800-3.300 m), la zona de la patata (3.300-3.800 m) y la zona ganadera, con cultivos de altura como la quinoa y la cañihua (3.800-4.500 m).

Los cultivos autóctonos seleccionados corresponden a cada altitud. Por último, es importante destacar que las comunidades indígenas tienen una fuerte organización social, con sus propias normas culturales y rituales, como el homenaje a la Pachamama (Madre Tierra), que conlleva prácticas sostenibles, pero también solidarias. Reforzar la identidad es probablemente uno de los principales objetivos que se pretende alcanzar con la agricultura.

En estas zonas se mantienen la mayoría de las antiguas técnicas agrícolas tradicionales. Sin embargo, algunos problemas actuales, como la creciente presión de los jóvenes que abandonan estos lugares para ir a la selva o a las ciudades, provocan una importante pérdida de conocimientos y biodiversidad.

Fuente: www.fao.org
Traducción IILA